Más allá de los libros y lo convencional: el valor de las actividades extracurriculares para prevenir la deserción escolar

Los talleres en los que se participa a lo largo de la etapa escolar pueden significar más que solo un pasatiempo. Estas actividades pueden ser claves para el futuro profesional de un aficionado a la música, el arte, el baile o el deporte.

Por Héctor Abarzúa Robles y Natalia Medina Contreras / Periodismo UDEC

El sistema educativo chileno está confeccionado para cumplir con el objetivo de preparar a los estudiantes para la universidad o el instituto. Durante el aprendizaje básico y medio se disponen de horarios que facilitan esta proyección. Las instituciones, ya sean colegios o liceos, funcionan similar a guarderías, con una jornada en donde los apoderados puedan tener un margen de tiempo para ir a buscar a sus hijos. También se incluye la entrada temprana a clases, alrededor de las 08:00 horas. Hecho que es similar a la rutina que sigue un trabajador asalariado.

La cosmovisión de los padres es que el único destino que existe es una carrera universitaria. Mientras que la perspectiva de sus hijos está infundida por el miedo a no conseguir ingresar y cumplir con esta propuesta. Aquella situación genera ansiedad y, en el peor de los casos, deserción. Abandonar los estudios es sinónimo de que un joven está perdiendo el camino, de que no encuentra motivación en alguna disciplina que aporte a su desarrollo como persona. ¿Existe alguna manera de sobrellevar la frustración para rendir académicamente?

Dentro de las respuestas a la incógnita se puede evidenciar que los alumnos desarrollan iniciativas diferentes, en este caso con base en las actividades extracurriculares. Aquellos estudiantes entrevistados para este reportaje detallan que siempre está la permanencia de perseguir un sueño, de convertir su afición en su sustento. Pero aparecen ciertas circunstancias que los devuelven a la realidad. Es donde aparece la frustración.

Un acompañamiento fundamental

Si bien cada proceso es diferente, en conversación con Consuelo Pradenas, psicóloga en el departamento de orientación y convivencia escolar del Colegio Santa Teresita de Coelemu, se refirió a la frustración destacando que, “es bastante común, en especial en la etapa de enseñanza media, con un aumento significativo al momento de cursar cuarto año, la incertidumbre del cambio les genera mucha angustia y por sobre todo se observa preocupación por no cumplir las expectativas impuestas”.

Respecto al manejo en este tipo de situaciones, ella asegura que, “la psicoeducación es fundamental para disminuir sus niveles tanto de estrés como de frustración por algunas situaciones que se presentan en el camino”. El acompañamiento es importante para prevenir y disminuir la deserción escolar.

Entonces, ¿qué maneras existen para orientar a quienes padezcan de esta angustia generada por la frustración? Es donde los talleres extracurriculares ayudan a sobrellevar esta problemática. Funcionan como un espacio en donde los estudiantes comienzan a descubrir nuevos talentos y pasiones. Más que solo aprender una disciplina en específico, también se les enseñan valores sociales. Además, existe variedad de circunstancias en las cuales un joven sufre de hostigamiento y estas instancias le ayudan a mejorar su autoestima.

Conociendo un poco más de talleres

El profesor del taller de boxeo del Colegio Andrés Bello, Carlos García, relata que quienes asisten a sus clases buscan lidiar con situaciones complejas en sus vidas. “Hay varios que tienen problemas de autoestima, que sufren bullying en clases o en su mismo ambiente social. Entonces, son personas que buscan defenderse de alguna manera. No tanto en lo físico, pero sí capaces de hacer frente a lo que les está pasando. Eso lo hacen en base al deporte, a la disciplina y el autocuidado”, explicó.

Las instituciones educativas buscan apoyar esta incursión vocacional en la vida de sus alumnos. La orientadora y trabajadora social, Natalia Bueno, explica cuál es la principal manera para lograr esto. “La base es la oportunidad. El colegio brinda el espacio para que puedan participar con el objetivo de potenciar habilidades varias. Los jóvenes pueden explorar estas otras formas de participación social que, en el futuro, podrían transformarse en un oficio o en una disciplina profesional. ¿Qué herramientas tiene el establecimiento? Otorgar estas instancias para fomentar esta búsqueda”, señaló.

Si bien depende de las facilidades de cada establecimiento, Bueno comenta que lo fundamental es guiar el camino de cada estudiante. “Lo esencial es validar esta necesidad de querer potenciar sus habilidades, las que sean. Lo primero que hay que conversar es el reforzamiento positivo de lo que está haciendo. También orientar e indicar que, si posterior a su egreso de educación media quiere profesionalizar su talento, hay instituciones y carreras donde se estudian estas disciplinas. Entregarles información es entregarles herramientas”, recalcó.

Mario Poblete intenta perseguir su pasión por los deportes de contacto. A sus 16 años practica boxeo y artes marciales mixtas. Su profesor, Carlos García, dijo, “es uno de los mejores estudiantes que tenemos acá. El chico pasó de una situación bastante problemática a centrarse en el deporte. Mejoró sus notas y también su asistencia”. Este hecho pone en evidencia la importancia y el aporte que generan las actividades extracurriculares.

El joven pugilista detalló su experiencia. “Empecé a los 14 años, buscando una disciplina en algún deporte o en la vida. Porque el boxeo no solamente te enseña a dar golpes como todos dicen, te instruye en lo que una persona debe hacer para llegar a ser exitosa”. Poblete dedica 3 días a la semana, de lunes a viernes, para su entrenamiento. Incluye una rutina en el gimnasio y también trotando, junto a las prácticas para mejorar sus reflejos y movimientos de combate.

En el área de la gimnasia, el profesor Roberto Muñoz es quien está a cargo del taller y presenta como punto clave la constancia. En el caso del establecimiento en el que se desempeña, los talleres parten desde tercer año básico, por lo que hay una gran posibilidad de formar un fuerte lazo con esta iniciativa. “Alumnos que se han destacado en esta disciplina han podido competir a nivel nacional, lo que ha significado que representan al colegio, a un club y a la ciudad. Además, han elegido ser profesores de Educación Física y a raíz de eso han sido técnicos deportivos en esta especialidad”, explicó, dando como ejemplo a la exalumna Paola Carvajal, quien es docente y compitió por años en esta rama olímpica.

Muchas veces sucede que quienes desean dedicarse profesionalmente a alternativas artísticas o deportivas, no lo hacen por desconocimiento y falta de información, ya que la mayoría de los establecimientos educativos enfocan el currículum escolar a un futuro universitario.

No así Sebastián Carvajal, estudiante de tercer año medio quien desea cumplir su sueño de convertirse en intérprete musical. “Me demoré harto en investigar y conocer la existencia de Projazz. Siento que todo está muy oculto y hay poco acceso, sobre todo en Concepción. Aquí las alternativas que hay para sacar una carrera serían pedagogía, que no es música como tal, ya que uno no se especializa en un instrumento, sino que lo hace para hacer clases”, explicó.

Nada es imposible
Existen muchos casos de aficionados al arte y el deporte que, al no ver opciones o posibilidades de una carrera profesional para dedicarse a lo que realmente les gusta y apasiona, optan por actividades en simultáneo a su opción universitaria y futuro vocacional.

Eduardo Godoy, profesor del taller de bajo del Colegio Andrés Bello en Chiguayante, es un gran ejemplo de aquello, pero con un final diferente. “Yo estudié ingeniería eléctrica y siempre fui aficionado a la música, siempre estuve cercano a ella, y mira cómo son las cosas en la vida. Ejercí como profesional unos pocos años y después me enfoqué en lo que es lo que realmente me gusta, que es este arte”, comentó orgullosamente.

Lo fundamental para escoger una profesión con base en lo que le apasiona a una persona, son las herramientas que posee desde la enseñanza media e incluso básica. Estas mismas son las que deberían evitar y disminuir la cantidad de casos de deserción escolar, debido a que se trata de una de las etapas más importantes del desarrollo humano, tanto social como intelectualmente.

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